From: paquita la del barrio
Date: Mon Feb 16, 2004
7:00 pm
Subject: la lógica operativa
del futuro
Habría que empezar, aunque no
me ocuparé yo de eso aquí, por determinar a qué se refiere el tropo espacio público’, así como buscar los modos
de entendimiento sobre lo que el término ‘público’ indica. ¿Es lo público un
proceso de constitución de realidad construido a partir de un consenso
generalizado sobre las condiciones de esa realidad, es un cliché
‘democrático’ de las instituciones que se aseguran, con el término ‘público’,
de aparentar la representación de una comunidad determinada cuando actúan de
hecho en favor de un conglomerado económico privado, o es, en definitiva, una
apropiación de la lógica mediática operada a partir de los valores de la
imagen espectacular? Es decir, ¿son lo público y el espacio público
condiciones reales, o son más bien representaciones de una realidad que se
pretende jugar a partir de la imagen? ¿No se construye lo público más en el
disenso y la fricción que en el consenso habermasian
o? ¿Qué pasa si no queremos vivir “todos del mismo lado”?
Y lo digo porque, cuando se
inauguró hace dos años el evento arborizarte, ustedes recordarán, se
invadieron calles y plazoletas de Bogotá con esos muy cuestionables productos
artísticos, y nadie protestó, siendo que estos objetos, además de feos, yo
diría inmundos, eran peligrosos. Sí, como lo oyen, peligrosos. O ¿muchos no
eran pedazos de lata retorcida u oxidada con cortes irregulares y grandes
puntas que atacaban a los transeúntes? ¿Dónde estaba la defensoría del
espacio público para retirar esos objetos que invadían el espacio,
entorpecían el desplazamiento y ponían en riesgo la vida de niños, ancianos y
caminantes desprevenidos? ¿No estorban en los andenes los paneles del Fotomuseo? ¿No se quebraron muchos comerciantes
establecidos, de los que pagan impuestos, por cuenta de la instalación de
bolardos a lo largo y ancho de la ciudad?
Andenes para la gente. Y la
gente es la que está en la calle, la que necesita comer a diario algo más que
eso que le toca al coronel garciamarquiano en el
último párrafo de un libro. Andenes para la gente. ¿Cuántos de ustedes,
quienes tengan hijos, los dejarían jugando en un andén, digamos, en la
carrera décima con veintidós, ya que el andén es para la gente y la gente
parece empezar a ser, en este debate, ese grupo social que tiene solucionadas
sus necesidades básicas de vivienda, recreación y alimentación? ¿Cuántos de
ustedes pretenden luchar por ese derecho a solazarse en plena vía pública y
desierta? ¿Acaso sólo es gente la que se siente violentada porque la
apretujan o la rozan en el andén, porque le arrugan el vestidito de paño con
los empujones en transmilenio, los que andan
solitos en sus carros con los vidrios arriba y el estéreo a toda para que el
mundo no los perturbe y gentuza fea no les hable ni les robe la cartera o el
celular? ¿Qué es ‘gente’? ¿Cuántos de los que reclaman su espacio público
salen los domingos a pintar con caballete escenas callejeras cual parisinos paseistas? Entonces, no sólo todo lo anterior, sino ¿para
qué el dichoso espacio público? ¿Quieren un espacio público muerto? ¿Andenes
para la gente como los de la
Cabrera, Santa Bárbara o el Polo (por supuesto no el
democrático), por los que no pasa nadie?
El señor Fernando Lecaros dice que el comercio callejero sólo favorece,
como máximo, a un millar de potenciales desempleados, con lo que comprueba
que no ha pasado por la trece con séptima últimamente, ya que sólo allí, en
esa cuadra, puede haber alrededor de 200 personas ofreciendo servicios y
productos diversos, sin contar por supuesto a los esmeralderos. Apenas las
familias de esos 200 ‘ambulantes’, como él los llama, suman fácilmente 1000.
Señor Lecaros, ¿está escribiendo desde Davos? O, si son sólo mil personas, ¿a qué viene el
escándalo?
¿Por qué los ‘árboles’ de
arborizarte se podían ofrecer en plena vía pública, si también tenían un fin
comercial? ¿Es que las viudas de los policías, con todo respeto, sí pueden
obtener de la calle lo que les está prohibido a los vendedores informales?
¿No patrocina una multinacional de productos fotográficos al fotomuseo, y no es eso entonces actividad comercial en
espacio público? ¿No se hizo la campaña ‘Exprésate’, de la ETB, a partir de imágenes de
vendedores ambulantes, payasos de restaurante y estatuas humanas, todos
potencialmente prohibidos por el código de policía? ¿Acaso estas personas
pueden existir como imagen exótica neutralizada por la publicidad corporativa
pero no como protagonistas de una disputa por la supervivencia real?
Lo peor de todo, señor Lecaros, es su pretensión estetizante,
por la que quiere tener una ciudad ‘limpia’ y ‘bonita’, esperando que la mera
ausencia de gente pobre actúe el milagrito. Si a Bogotá le dicen la Atenas suramericana tal
vez sea porque sólo es ruinas. ¿Cree usted que por fuerza de ley se van a
solucionar problemas tan serios de configuración urbana, marginalidad y
justicia social?
Lo que pone don Fernando en
escena es la voluntad de mantenimiento de una relación hegemónica de poder,
hoy por hoy imposible y destinada entonces a desaparecer, frente a unas
prácticas emergentes de resocialización y
aprovechamiento de las ciudades, que cada vez cobran más fuerza. Hacia el año
2015, el 80% de la población mundial vivirá en apenas 15 ciudades, y si no
estoy mal, Bogotá es una de ellas. Proyectos arquitectónicos como Mutaciones,
en el que participa, entre otros, el arquitecto Rem
Koolhass, ponen sobre la mesa la inminencia de
estos fenómenos de habitación urbana, ineludibles y desesperados, a los
que ninguna administración distrital de
ninguna ciudad en el mundo les podrá hacer frente de una manera eficaz. Pero
sí la gente que migra y sufre la calle, como lo demuestra la explosión
demográfica en ciudades como Lagos o Mumbay ( antes
Bombay), donde habita el 15% de la gente pobre del planeta y que, a pesar de
no contar con la mínima infraestructura, ha podido vivir allí a punta de
ingenio, organización social y mucha observación del entorno.
Entender estos fenómenos en
términos de Inserción, tal cual Cildo Meireles en los 70, o como Zonas Autónomas Transitorias,
según la noción acuñada por Hakim Bey, nos permite ver el problema como formas de
producción de signos, en organizaciones sociales unidas a partir de
contingencias específicas, y gracias a la aplicación de lógicas de
diseminación viral pasadas al campo de la supervivencia económica y la
supervivencia a secas.
Ver en los andenes el pollo transgénico (con orejas de conejo), el rallador de papa
multiusos, los afiches de tetas de millos y
nacional, las camisetas chinas y los cd’s de Reggaeton a $2000 eficientemente ofrecidos por personas
que consiguen lo que uno necesita con apenas un silbido, que saben cuándo
desaparecer porque llegó el camión de la policía y que pueden rearmar sus
tenderetes con una agilidad increíble, me habla más de la ciudad del futuro,
de las condiciones de unas nuevas formas de solidaridad para la supervivencia,
y del mundo en general, que los desteñidos arbolitos de lata de los que se
ufanan las administraciones distritales, los
gestores culturales y los artistas en general.
Comprar pilas sqny y sacos Tony Falcony me hace sentir parte de una ciudad viva, que flota
gracias a una economía de signos manejada con maestría, y que logra agruparse
eficazmente para sacar adelante un proyecto común de la vida real, sin
espectáculos, modulaciones empresariales ni intervención institucional en
apoyo de dignidades heridas y retardatarias.
Den una vuelta por el centro,
compren chucherías hasta ahora inexistentes y vean
a “la Bogotá
que queremos” con los ojos del mañana. Señor pasajero: pague con sencillo,
siga por el pasillo y cuide su bolsillo.
Con cariño, Paquita
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From:
isaac gamo
Date: Fri Nov 12, 2004
12:17 pm
Subject: adios al septimazo pirata
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Para nadie es un secreto que la séptima es la mayor vitrina del mercado
pirata. No lo digo por los almacenes. Es por los vendedores ambulantes
que infestan la tradicional vía.
Para los defensores de la piratería -la pose de moda- hay malas noticias:
nuestro conciliador alcalde está de acuerdo con que se invada, pero le
parece grave lo de la piratería.
Anexo esta nota de El Tiempo publicada el día de hoy >
"Desde hoy, vendedores ambulantes de la Carrera Séptima
no podrán ofrecer mercancías de contrabando"
Fue una de las advertencias del alcalde Luis
Eduardo Garzón al firmar el primer pacto de cumplimiento con los
informales. Esta es la crónica.
Antes de refundirse entre los vendedores ambulantes que ocupan la carrera
7a., el alcalde Lucho Garzón, hizo dos advertencias: "no somos
cómplices de la ilegalidad, pero tampoco le vamos a decir a la Policía
reprima, reprima; y no se va a arrendar ni a parcelar el espacio
público".
Esta notificación fue el preámbulo del milimétrico recorrido que hizo por
la vía más tradicional de la ciudad -y hoy una de las más invadidas-
dentro de la décima cuarta jornada de 'Bogotá en movimiento'.
La caminata de Garzón empezó en la Casa del Florero -calle 11 con carrera 7a.-
a la 1 p.m. por la acera oriental. Allí se encontró con el primer
ambulante: "Usted no tiene problema si camina, pero no se
puede quedar estacionaria", le dijo Lucho a una vendedora que
llevaba su chaza al hombre y que se le acercó
al notar su presencia para decirle que apenas ganaba para comer.
Caminó unos pocos metros acompañado del secretario de Gobierno, Juan
Manuel Ospina, y la gerente del Fondo de Ventas Populares, Esperanza
Hurtado, y se encontró a otro informal para quien el mensaje fue
distinto: "Esa carreta no puede estar aquí desde mañana (hoy)",
le comunicó a Miguel Roberto Alba, un hombre que lleva vendiendo
aguacates durante 23 años en la calle 12 con 7a.
"Entonces qué vamos a hacer señor Alcalde", le replicó un joven
con su mercancía tirada sobre un plástico. "Tampoco puede haber
contrabando", respondió Garzón en alusión a los juguetes mecánicos
que vio en el piso.
Al llegar al Centro Artesanal Plaza Bolívar, frente al legendario
edificio Murillo Toro, Lucho enfrentó un conato de mitin promovido por
los comerciantes formales del lugar. "Usted nos tiene jodidos, nos
va a quebrar, nosotros pagamos impuestos", le gritó Bernardo Cifuentes, presidente de la Asociación
de Comerciantes del Centro (Apic).
Garzón sorteó la situación echando mano de su experiencia como líder
sindical: "Bajo presiones y mítines no actúo -dijo-. Aquí estoy
poniendo la cara para ver cómo solucionamos este problema porque no puedo
meter a los vendedores en las alcantarillas".
"Luchito si se porta bien lo vamos a llevar la Presidencia, no
olvide que usted ganó la Alcaldía por nosotros", gritó Bertha Gaitán, vendedora de
dulces de la
Séptima desde hace 10 años.
Fue un recorrido a pie de tres horas, que terminó en el auditorio de la Universidad Central,
en la calle 22 con 6a. Allí, ante unas tres mil personas, Garzón dejó claro
que desde hoy en la 7a., entre calles 11 y 26, no puede haber ventas de
productos de contrabando ni piratería, estufas con pipetas de gas,
carretas y mucho menos niños explotados en actividades comerciales
ilegales.
Los vendedores que acepten esas reglas del juego, tienen 10 días para
firmar el primer Pacto de Cumplimiento con la Administración
y el comercio formal, que les permite la ocupación temporal del espacio
público en zonas específicas de esa tradicional vía.
El pacto, que tiene seis meses de vigencia, debe terminar en la
reubicación de cerca de 2.000 informales censados en esa zona y en la
constitución de empresas asociativas para trabajar formalmente y
con un ingreso asegurado.
Propósitos del Pacto
1..- Fijar las normas para el uso regulado,
ordenado y controlado en ventas informales, de acuerdo con los parámetros
establecidos por la Administración en las zonas no recuperadas
de la localidad.
2.- Facilitar la movilidad de los peatones y vehículos para garantizar el
derecho colectivo al goce del espacio público.
3.- Proteger los derechos fundamentales de los menores de edad,
impidiendo la explotación laboral infantil.
4.- Organizar la venta de alimentos en espacios determinados por la Administración,
en la que los vendedores se comprometen a cumplir con las normas
sanitarias de preparación, manipulación, transporte y manejo de
alimentos.
5.- Fortalecer los operativos para impedir la venta de mercancía de
contrabando, piratería, sustancias psicotrópicas, armas y cualquier otro
tipo de artículo de carácter ilegal.
6.- Contribuir con la seguridad en la calle respetando los principios y
valores que fundamentos este Pacto.
7.- Contribuir con la preservación del medio ambiente, respetando las
normas para prevenir la contaminación visual y auditiva.
8.- Cuidar el patrimonio urbanístico y arquitectónico del entorno que
compromete el Pacto.
9.- Fomentar la creación de formas asociativas y fortalecer las
organizaciones existentes de vendedores informales que suscriban el
Pacto.
10.- Ofrecer progresivamente alternativas económicas viables y
sostenibles para la formalización de los vendedores informales.
Plan Maestro de Espacio Público
Luego de 10 meses de trabajo, la
Administración Distrital
presentará hoy oficialmente el Plan Maestro de Espacio Público, en el que
se establecen las directrices para regular el comportamiento de la
ciudadanía frente a la totalidad del espacio de la ciudad.
El Plan, que ayudó a ser elaborado por una comisión de expertos en
urbanismo, será explicado por la directora de Planeación Distrital, Carmenza Saldías.
El alcalde Luis Eduardo Garzón había anunciado
el Plan Maestro para junio pasado, pero su divulgación tuvo que ser
aplazada. Luego se dijo que en agosto, pero tampoco estuvo listo.
Finalmente será oficializado hoy dentro de las actividades programadas
para la décima cuarta jornada de 'Bogotá en movimiento', que se
desarrolla por las localidades de La Candelaria,
Mártires y Santa Fe.
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From: fernando lecaros
Date: Fri Nov 12, 2004
5:05 pm
Subject: críticas a granel
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Tiene valor Isaac Gamo
cuando se pone del lado del comercio legal sin tomar, como bien lo
califica, la pose de moda. Pero cuidado, Isaac, que le van a caer
críticas a granel, porque aunque -creo yo- la mayoría de los ciudadanos
estamos 'hasta acá' de ambulantes y de invasores del espacio público, los
posudos de moda dominan en estos medios.
fernando lecaros
El Septimazo de Garzón >
http://eltiempo.terra.com.co/bogo/2004-11-12/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-1896788\
.html
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From: raimond chaves
Date: Fri Nov 12, 2004 6:59 pm
Subject: ahuyentando a paraguazos
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Esfera Pública:
A mi me parece mucho más posudo a la vez que
indignante, triste y reaccionario que se esté 'hasta acá' de los
"ambulantes y demás invasores del espacio público". Argumento
muy pobre para ser calificados de valeroso. Me parece excluyente,
fascista y de lógica paramilitar discriminar entre ciudadanos por un lado
y ambulantes e invasores por el otro. ¿No somos todos ciudadanos?
Parece que lo del cachaco ahuyentando a paraguazos al de ruana para poder
pasear tranquilo no es algo del pasado si no que algunos lo tienen bien
interiorizado. Que ese tipo de lógica decimonónica, que entre otros
encarna Uribe, siga vigente en el país es grave pero que salga a flote en
Esfera Pública donde se supone se llega con otro talante todavía más.
Pienso que:
1- Quién está en la calle no tiene otra opción que rebuscársela ahí para
salir adelante. Nadie está ahí por gusto.
2-Para algunos
no debe de ser muy agradable ver que cada persona que te ofrece
cualquier cosa en la calle lo que está diciéndote es que tiene hambre.
Hay gente muy sensible.
3-¿Si los vendedores
ambulantes “infestan” qué harán los harlystas
por ejemplo en sus encuentros anuales en el Parque de la 93 y sus paseitos por la ciudad?
4-El espacio público no
lo es en abstracto para eso ya están las postales.
5- Al comercio legal, al
paseante y al ciudadano en general nos iría mejor preocupándonos por la
desgracia de país en la que se vive y mirar de solucionar las cosas en
vez de pensar que estamos en el mejor lugar del mundo y no entender por
que nos va tan mal si este es un país con una gente tan linda.
6-Lucho andará un poco
despistado pero su preocupación dice que está intentando tener en cuenta
a todo el mundo.
7-Nunca había pensado que
lo de la piratería es una moda. ¿Lo serán la injusticia, las masacres, el
hambre y la desintegración social y económica de un continente? Si es que
el asunto es una moda ya empiezo a entender las tendencias cuatrianuales que quieren imponernos.
Salud a todos y en la carrera 7ª pilas con los paraguazos.
Raimond Chaves
From:
jorge orlando melo
Date: Sun Nov 14, 2004 1:45 pm
Subject: el mercado manda
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'El Tiempo' de ayer y
hoy es clave: Hasta donde entiendo (pero esto tendría que verificarlo)
la idea va a ser arrendar el espacio. Después de que defendieron al
vendedor individual y atacaron a las grandes empresas que los
"explotaban", ayer dijeron que la negociación no era para hacerla
con cada vendedor, sino con
grandes empresas.
La ilusión que hay detrás de esto es que va a haber más empleo. El
hecho es que el volumen de bienes que se venden no se altera mucho (uno
no fuma más porque vendan los cigarrillos en cada punto; y si fuma más
deja de comprar otras cosas con esa plata): lo que puede ocurrir es que
se ganen unos puestos en la calle y
se pierdan en los almacenes, que contratan menos gente, de modo que el
empleo de calidad, formal, es reemplazado por la informalización.
Algo muy poco apropiado para un sindicalista!
En la realidad, lo que están es reemplazando un modelo de regulación
social, en el que las autoridades limitan lo que puede hacer el
comercio para defender valores estéticos, urbanos, de convivencia, de
cultura, por otro en el que el mercado manda: el espacio lo pueden usar
los comerciantes para vender, y si uno no quiere que haya vendedores en
las calles lo que tiene que hacer es no comprarles. Es el mercado el
que finalmente decide que tanto se invaden las calles y no la
autoridad. Estamos reemplazando una perspectiva algo socializante por
el liberalismo más extremo. Algo tambien poco
apropiado para un sindicalista de izquierda!
Jorge Orlando Melo
From:
"fernando lecaros"
Date: Mon Nov 15, 2004
2:10 pm
Subject: las reglas del
espacio
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Aquellos que nos oponemos a la invasión del espacio público no es por
ceguera social. Lo que pasa es que la convivencia exige reglas y
requiere que las autoridades las hagan cumplir. Si Garzón arrienda el
espacio público con unas reglas claras que se cumplen, bien. Si sigue
en plan de tolerar lo que sea con tal de contar con adeptos
sufragantes, pues vamos de mal en peor, como lo dice Lucy Nieto.
Por el momento, si se legaliza tal como lo explica Yolanda Gómez,
podemos o no estar de acuerdo con medidas específicas, pero por lo
menos hay claridad y (falta por ver) disposición de la autoridad para
hacerlas cumplir. Eso sí es un avance. Y no nos olvidemos que en
cuestión de espacio público falta enfrentar los abusos de los
constructores que, con la anuencia (complicidad?)
de las curadurías urbanas, están haciendo lo que les viene en gana
sin que los vecinos puedan hacer nada.
Fernando Lecaros
Espacio público en Bogotá a través de su historia >
http://eltiempo.terra.com.co/bogo/2004-11-14/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-1898031\.htm
From: luisdaniel abril
Date: Tue Nov 16, 2004
4:00 pm
Subject:
discurso populista
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Estimado señor Raimond:
Su apellido no es lo unico que me recuerda al señor presidente del
vecino país, lo hace también su discurso populista, discurso que
además comete el grave error de salpicar gasolina en un país en el
que las fricciones producen chispas de manera constante alimentando
verdaderos incendios.
Para no sonarle tan cachaco le dire que manda cacara.
Decir que es público el espacio, defenderlo para que
no quede reducido a local itinerante de
Telefónica, Comcel y Marlboro
(Ni hablar de toda la peste del
contrabando que viene también del
vecino país y de todo Asia quitándole empleo a miles de
colombianos,
porque, así es: cada Belmont que ud se
fuma de allá, le quita el trabajo a alguien de acá) no es ni paraco
ni facista,
todo lo contrario. Ahora, volviendo al punto de la pirateria, pues no se qué tan defendible
sea. Es como defender a los piratas
ingleses cuando le robaban a los galeones españoles, ambos eran
unos
hijos de la mala madre como dirían en
Pasión de Gavilanes, los españoles, unos atracadores y los piratas,
unos atracadores de los atracadores. Igual ahora. Cómo es que Tower o la que sea vende cds
a 40.000 y 50.000 lukas así no más,
ladrones. Pero los que los piratean, también. Y eso de que ladrón
que roba a ladrón tiene mil años de perdón, perdón pero no me lo
creo. No hablemos de las putas tristes de gabo,
porque aunque da tristeza que salga a la calle primero la versión
pirata, no faltará quien diga que no importa porque para eso Norma
y gabo están pichos
en plata, pero si los artistas no vendieran obras únicas a un único
comprador sino que dependieran de que les pagaran mil lukas por cada disco o libro que el bello
público les tuviera a bien comprar, si a nosotros por ejemplo se
nos respetara eso que se llama derecho de autor, entonces ahí si
otras cosas se dirían de la
piratería.
Luis Daniel Abril
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From: paquita la del barrio
Date: Tue Nov 16, 2004
9:08 pm
Subject: limpieza social
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Hace más de 20 años, cuando un grupo de empresarios de la educación
llegaron al centro, entre las calles 19 y 26 y la
carreras séptima a tercera, el sector estaba densamente
poblado por prostitutas, travestís y traficantes de droga. La
situación de informalidad en la tenencia de las casas era moneda
común: muy pocos de los residentes tenían escrituras u otros
documentos que avalaran su propiedad. El consorcio universitario se
empeñó en "recuperar el sector", logrando, con el paso del
tiempo su cometido, que los hizo receptores de premios
internacionales y demás. En la zona hay ahora universidades,
bibliotecas ostentosas y celadores con perros que se encargan de
alejar del vecindario a la gente fea, pero también encontramos
bebederos y ollas, pues hay universitarios que se emborrachan y se
drogan. Claro, el estatus del negocio subió, pues es mejor para los
dueños de los bares vender cerveza a universitarios que chicha a buseteros, como es mejor vender perico
a estudiantes que basuco a recicladores...
Este proceso de "recuperación" coincidió con el progresivo
deterioro del barrio santafé, que recibió
el flujo humano y los negocios desplazados por el afán de redención
urbana del consorcio universitario (del que hacen parte la Universidad Central
y la Tadeo,
entre otras) y por la inteligencia empresarial de esta unión
estratégica, pues llegar a comprar y expropiar lotes y casas a
personas que no pueden acreditar legalmente la propiedad
sobre estos es un negocio redondo... El barrio Santafé
era un vecindario tranquilo, lleno de edificios de alto interés
arquitectónico, habitado por ancianos judíos que paseaban sus perros.
Y ya no.
Cuando se reglamentó la presencia de prostíbulos, moteles y shows de striptease,
confinándolos a ciertas zonas de la ciudad, sólo se consiguió que
estos se desplazaran a zonas residenciales relativamente tranquilas y
poco vigiladas de la ciudad: si es mentira, que le pregunten a los
vecinos de San Luis, Divino Salvador,
Chapinero y Avenida Chile...
Cuando llegó el maravilloso momento en que la peste del cartucho fue
erradicada para dar paso al desolado y Negretero
parque Tercer Milenio (Nunca acabaremos de loarte, doctor Peñalosa),
junto a la morgue y a un
barrio que se quedó sin de dónde recibir ingresos, pudimos ver cómo
la zona anexa al sanandresito de la 38
(entre otras muchas) empezó a nutrirse de cambuches
de recicladores.
Son sólo unos pocos ejemplos de lo que ocurre cuando dinámicas
sociales construidas por necesidad y contingencia son reestructuradas
por administraciones o conglomerados de vocación mesiánica. Basta
mirar a los lados para sentir que la plaga se mueve en dirección al
decoro. Señor Lecaros y amigos, ¿saben
quienes son sus vecinos en estos momentos? ¿saben
quiénes serán mañana?
Como nos lo recuerda Dominique Laporte en su bellísima Historia de la Mierda, "en
la mala parla de las cantinas se esconde el tesoro del Rey".
Take Care Sweeties.
Paquita
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From:
pablo batelli
Date: Tue Nov 23, 2004
8:15 am
Subject: el costo de lo
formal
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¿Alguien ha hecho números acerca del costo que tiene para un
trabajador ingresar al sector "Formal"?
Ante la DIAN
existen -entre varias categorizaciones- dos tipos de trabajadores
independientes: los profesionales y los no profesionales. Para
empezar, voy a señalar que los ingresos mínimos para verse obligado a
declarar renta son mas bajos en el caso del trabajador independiente
no profesional (25,000,000 aprox.), que en
el profesional (60,000,000). Contando con que la mayor parte de los
trabajadores independientes no
profesionales están en las capas mas pobres
de la sociedad, tenemos el absurdo de que serían ellos los mas
frecuentemente llamados a declarar renta (aunque resta por considerar
que fracción de esa capa alcanza el tope pero supongo alcanza a todos
los comerciantes no profesionales). Habría que señalar también que
incluso en el mas alto de los casos, el tope
mínimo es absurdamente bajo. Esto indica que el Estado está
rastrillando por la base lo que pierde por la cúspide.
Ser un trabajador "Formal" en Colombia hoy por hoy es un
lujo, y un lujo que cuesta plata...
Ser un trabajador "Formal" implica estar afiliado a fondos
de pensiones y de salud, los cuales, en el caso del trabajador
independiente, retienen el 22% de los honorarios. Añádase a esto la
casi obligatoriedad de declarar renta para los trabajadores formales
(de acuerdo a los topes mínimos bajos) y este el impuesto
correspondiente sobre los ingresos después de los descargos. Reste el
impuesto directo de la retención en la fuente, que se
aplica en valor aproximado al 12% a la totalidad de un contrato, en
el caso de independientes (como lo serían los ambulantes, pero: ¿con
quién contratan?).
Reste los impuestos indirectos: sobretasa a
la gasolina, el inicialmente transitorio 2 x 1000 (y ahora permanente
3 o 4? x 1000), el impuesto indiscriminado del IVA del 16 % (que al
igual que los topes de renta, son mas implacables con los menos
favorecidos) y encuéntrese con la sorpresita de que el ingreso real
de un trabajador formal independiente es alrededor del 40% de su ingeso nominal. Además, reste el patromonio público que a
través del eufemismo del discurso del "espacio público" se
le concede a los particulares para su explotación y lucro económico
(ej. tranporte público tradicional o transmilenio, la misma concesión). Si no
pertenece a un
estrato subsidiado (que se encuentran bajo amenaza de desmonte) reste
los cargos fijos y demás arandelas financieras que aparecen en cada
factura de servicios públicos. Reste cada cifra pequeña o alta que Ud. debe pagar para realizar cualquier trámite
ante el Estado. Reste los impuestos del vehículo, si lo tiene. O
reste una serie casi inevitable de bienes gravados que Ud. tal vez no puede adquirir por el sobrecosto del gravamen: es decir, sus
restricciones.
¿Cuánto tendrían que ser los ingresos de un vendedor ambulante si
quisiera pagar los impustos directos e
indirectos y al mismo tiempo aspirar a pagar un mercado, un arriendo
y a evitar que sus lindas hijas caigan de bruces en la prostitución?
Porque una buena parte del empleo informal está en la prostitución.
Formalizar, como lo comprobó una célebre política de concentración,
no es encerrar la gente en galpones ¡Qué miseria!
Detengámonos un poco a pensar en lo absurdo que resultan estos
tecnicismos en el caso de una persona que recibe entre 1 - 10 dólares
diarios.
Pablo Batelli
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From: andres
hoyos
Date: Tue Nov 23, 2004
1:51 pm
Subject: anarquismos chistosos
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El subdesarrollo no es una condición principalmente
material, sino ante todo mental. Tanto es así que a estas alturas
parece casi una perogrullada decir que si se pudieran cambiar de un
tajo las mentalidades en un país como Colombia, éste pasaría a ser
desarrollado en veinte años o incluso menos. De hecho, el gran
salto que dieron Alemania y Japón tras perder la Segunda Guerra
Mundial, que destruyó a ambos países en forma casi total, se debió
justamente a eso: a que la gente tenía una mente educada para el
desarrollo, de suerte que dar el salto hacia él fue asunto de unos
pocos años. Claro, la frase se dice fácil: cambiar de mentalidad, y
es lo más difícil que existe. Una intensa y costosa inversión en
educación pública ayuda, sin duda, pero no basta. Por lo demás,
siempre quedarán por ahí los mal educados del pasado para
obsequiarnos con las perlas de su profunda sabiduría.
Pongamos de ejemplo el tema de lo
público y de los impuestos que con tanta ligereza han tratado aquí
personas como Pablo Batelli y Raimond Chaves.
Inglaterra, para referirnos al país inventor en estas materias,
desarrolló su Parlamento antes que nada para arbitrar el cobro y el
destino de los impuestos. Del proceso surgió, aunque muchísimo
después, la democracia moderna. Pasados varios siglos, las actuales
fronteras ideológicas en este tema están absolutamente claras en el
mundo desarrollado: la izquierda quiere unos impuestos vigorosos
para poder equilibrar las cargas de la sociedad; la derecha los
quiere mucho menores para dejar que el mercado arregle las cosas
por su cuenta, permitiéndoles a los ricos pasarla bien mientras
tanto con los excedentes que el mercado les produce, en la Costa Azul,
en un gran yate, en una mansión, en un castillo. La izquierda
privilegia lo público, la derecha lo privado. ¿Y a cómo está el
maní en nuestra folclórica Colombia? Parece casi un chiste, pero la
"izquierda" colombiana apuesta tiro por tiro contra los
impuestos. La "izquierda" cree asimismo que la
informalidad y la privatización de lo público, pese al desastre que
ambas han causado a lo largo de los años, no son el problema sino
la solución.
Me temo que cuando un país
colectivamente piensa que los impuestos son un robo y que hay que
hacer todo lo posible por no pagarlos -o porque sólo los paguen los
otros, que viene a ser la misma cosa- ese país está perdido: no
podrá educarse, no podrá combatir la pobreza, no podrá generar
infraestructura y no podrá tener seguridad; mucho menos podrá
desarrollar las artes y las ciencias o embellecer sus espacios
públicos o darse lujos colectivamente gozosos. Es curioso cómo los
extremos se tocan. Los neoliberales quieren reducir el Estado, de
modo que
apenas cubra ciertos servicios
esenciales. Los anarquistas de salón como Batelli
quieren... lo mismo. No en vano decía Claudio Magris
que los neoliberales no son otra cosa que anarquistas de derecha.
Ahora bien, Batelli
y sus semejantes hubieran sido felices en la Colombia de
hace veinte o treinta años, cuando la participación real de los
impuestos en la economía nacional era de menos del 10% del PIB.
Compárese esto con un país como Dinamarca, donde el Estado se lleva
más del 50% de los bienes y servicios que produce la población. Lo
interesante de la comparación es que en Colombia seguramente se
robaban un buen trozo de ese sub-10%,
mientras que en Dinamarca se robaban muy poco del 50%. ¿La razón?
Que cuando un Estado tiene un ingreso tan bajo, no le resulta ni
siquiera viable evitar que le roben sus escasísimos
ingresos y tendrá que organizarse según
el viejo modelo clientelista que sirve,
entre otras cosas, para hacer "rendir" en términos
políticos un presupuesto muy pequeño, o sea para robar de manera
más o menos ordenada. Claro, la anemia crónica del erario público
colombiano explica en buena parte por qué nunca hubo seguridad en
el campo, por qué no se hizo infraestructura, por qué no se
invirtió en seguridad, educación y salud, por qué había lo que un
ensayista llamó: esplendor privado y miseria pública.
El sofisma más grave de todo este
esquema es decir que, como aquí se roban los impuestos, es
necesario acabar con ellos. ¿No se le ocurrirá a los Batellis de este mundo que existe otra
posibilidad y es cobrarlos, evitar que se los roben con vigilancia
ciudadana y demás métodos archiconocidos en el mundo, y asegurarse
de que se inviertan en lo que sí toca? Sí, ya sé que esto, como el
cambio de mentalidad, también es difícil de realizar, pero si algo
está claro a
estas alturas es que vivir en comunidad
no es asunto fácil. Además, aunque no sea fácil edificar un Estado
viable, tampoco existe otra salida, de suerte que más vale seguir
empezando en forma consistente a privilegiar lo público y a vigilar
las finanzas del Estado, en vez de dedicarse a hacer cuentas
alegres y demagógicas que sugieren gastar en todo pero no recaudar
casi nada. De todas formas, si volvemos a la evasión y a la
informalidad generalizadas de hace treinta años, ahí sí permítanme
ser el primero en pedir visa para el primer país que me la conceda,
porque Colombia como tal se terminaría de acabar.
Andrés Hoyos
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From: rosa kruger
Date: Tue Nov 23, 2004
2:56 pm
Subject: alemania, japón ¿y colombia?
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Hola todos y todas, soy nueva acá.
"El subdesarrollo no es una condición principalmente material,
sino ante todo mental."
Es decir, ¿los pobres son pobres porque quieren?
"De hecho, el gran salto que dieron Alemania y Japón tras perder
la Segunda Guerra Mundial, que destruyó a
ambos países en forma casi total, se debió justamente a eso: a que la
gente tenía una mente educada para el desarrollo, de suerte que dar
el salto hacia él fue asunto de unos pocos años."
El salto hacia el desarrollo en Alemania y Japón no se dio después de
la guerra. Si hubiera sido así, no hubieran tenido arrinconada a
Europa. El desarrollo en Alemania (a pesar de que apemas
se hubiera unificado a finales del siglo XIX) fue un proceso social y
político de cientos de años, que Norbert Elias describió detalladamente (en su contenido
sociológico y político) en 'El proceso de la civilización'. De Japón
no hablo, porque no sé.
"Pasados varios siglos, las actuales fronteras ideológicas en
este tema están absolutamente claras en el mundo desarrollado."
Yo que creía que el maniqueísmo estaba abolido...
"Claro, la anemia crónica del erario público (sic) colombiano
explica en buena parte por qué nunca hubo seguridad en el campo, por
qué no se hizo infraestructura, por qué no se invirtió en seguridad,
educación y salud, por qué había lo que un ensayista llamó: esplendor
privado y miseria pública."
Plata en el erario ha habido suficiente, aunque eso no quiere decir
que en otros aspectos no esté de acuerdo con lo que dice Andrés
Hoyos. Pero por ejemplo, pasada la guerra de los Mil Dás y hasta entrados los 30's (la crisis mundial
llegó a Colombia tarde), la plata que recibió el país por la 'venta'
del Canal de Panamá, sumada a la bonanza cafetera -la llamada danza
de los millones- permitió hacer inversiones importantes en
infraestructura. PERO, y acá es donde (por fin) entra esto en la 'esferapública', los paisas
querían invertir en lo paisa, los costeños en lo costeño, los rolos en cualquier
cosa que acercara el mar. Entonces, en vez de llevar una carretera o
una carrilera de 800 kilómetros de Bogotá al Pacífico
pasando por la zona cafetera paisa, u otra
de Bogotá al
Caribe pasando por los santanderes, se
hacían pequeñas de 100 kilómetros por todos lados, sin
que conecten nada con nada. La típica tapia mental en el manejo de lo
público en el país. Un espacio público bien aprovechado, aunque sea
poco, puede generar recursos y mentalidades para que lo demás se vaya
'colonizando',
lento pero de manera segura. Ya me aburrí.
Rosa
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From:
"alberto sanabria"
Date: Tue Nov 23, 2004
6:46 pm
Subject: sobre la
tributación
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A propósito de la exposición de Andrés Hoyos titulada
"anarquismos chistosos", en donde hace una interesante
sustentación de la conexión necesaria entre lo público y la
obligación de tributar, me permito proponer, a manera de aporte a
esta reflexión, algunas consideraciones personales acerca de cómo veo
el componente ético existente en las relaciones fiscales entre el
Estado y el contribuyente.
De hecho, los impuestos tienen un soporte de legitimidad fundado en
la necesidad del Estado, como ente llamado a facilitar y canalizar el
desarrollo de los individuos y los grupos humanos, en condiciones de
soberanía, equidad, justicia y solidaridad.
En ese sentido, resulta apenas lógico que los miembros de una
sociedad organizada contribuyan, según su capacidad, atendiendo los
principios de equidad horizontal y progresiva, con los recursos
necesarios para el
desarrollo de las tareas propias de los fines del Estado y que éste a
su vez haga un uso eficiente de los mismos. Hasta ahí estarían dadas
unas reglas de juego claras, marcadas por los otros dos principios de
la tributación:
neutralidad y simplicidad.
Infortunadamente, esos principios tienen una aplicación deficiente y
relativa en nuestro país. El régimen de renta no es progresivo, pues,
salvo el régimen especial, se basa en una tarifa del 35% para todas
las empresas,
sin importar su tamaño o ingresos, con lo cual se quiebra el
principio de equidad.
Los principios de neutralidad y simplicidad también son afectados,
ante una legislación compleja, fragmentaria y evidentemente afectada
por la influencia de aquellos sectores que con su mayor capacidad de
lobby han
logrado beneficios y tratamiento especial con exenciones y descuentos
que atienden ante todo el interés particular por encima del público.
A ello se suma la poca credibilidad y la desconfianza que despierta
un Estado incapaz de satisfacer eficientemente las necesidades que
justifican su existencia. Eso en gran parte por el alto nivel de
corrupción y destinación equivocada de los recursos percibidos a través
de la tributación.
No obstante, es innegable que sólo la existencia del Estado permite
la inversión en actividades que tienen costos decrecientes, como la
construcción de vial o energética, en donde no es posible obtener
recuperación de la inversión a corto o mediano plazo. Asimismo el
Estado es necesario como proveedor de marcos legales y administrador
de justicia. El Estado debe actuar como ente encargado de cuidar el
patrimonio cultural y
natural, pues generalmente este es amenazado por el interés privado.
Y si hablamos de Estado Social de Derecho, el Estado debe actuar como
regulador e incidir en la distribución del ingreso y en la generación
de oportunidades para los sectores menos favorecidos, especialmente
en los servicios de salud y educación, que no representan
rentabilidad para la inversión privada.
Todo esto nos haría pensar en replantear las reglas de juego en las
relaciones Estado – contribuyente, para que éste pague sus tributos
consciente de los efectos sociales y públicos de su responsabilidad,
y aquel sea eficiente y demuestre su utilidad. Para ello se requiere
activar relaciones de concertación entre los sectores público y
privado, en donde prime ante todo una posición ética que renueve la
confianza entre los dos. En ese sentido es interesante el logro de
credibilidad de las últimas administraciones distritales
en Bogotá.
Hay razones que explican la mutua desconfianza. Por un lado la
administración sabe de los altos índices de evasión y de la habilidad
para aplicar mecanismos de elusión (sobre todo en las grandes
compañías), que le
cuestan al erario ingentes recursos que podrían ser utilizados para
mejorar sustancialmente las condiciones de vida de toda la comunidad.
Por otro lado, los contribuyentes no creen en la honestidad de los
funcionarios encargados del manejo de los recursos públicos y por
ello consideran que es éticamente justificable y encomiable pagar el
mínimo de tributos, y si se logra no pagar nada. Con ello se entra en
un círculo vicioso que finalmente se refleja en un estado generalizado
de frustración frente a las posibilidades de lo público.
Considero que dentro de los cambios de mentalidad mencionados por
Andrés Hoyos y de postura ética frente a lo público, talvez tendremos
que comenzar la labor de educación por las grandes empresas, las
multinacionales y los multimillonarios que se llevan sus capitales
para los paraísos fiscales, para que se apersonen de su
responsabilidad social y visualicen los efectos que tendría en el
entorno de sus emporios y en su propia seguridad, el pago de sus
obligaciones justas al Estado, sin evasiones ni inmerecidas
exenciones para mejorar las condiciones de la población.
Paralelamente esa educación debe extenderse a los responsables del
manejo de lo público no sólo para que no se apropien de los recursos
públicos, sino para que no favorezcan con sus decisiones (leyes,
reformas tributarias, contratos, etc.) a los grupos y familias que
concentran la riqueza en el país.
La relación de causalidad entre tributo y beneficio social debe ser
cada vez más clara y confiable. Cuando esto suceda, la obligación de
pagar impuestos se hará con total transparencia y satisfacción, se
podrá simplificar la
normatividad, el ciudadano común y corriente no sentirá que le están
aplicando una vacuna y no será necesario invertir tanto en mecanismos
policivos para controlar la evasión y los recursos empleados en ello
se podrán destinar a mayor inversión social y a enterar a la
comunidad sobre el destino de sus tributos.
Cordialmente,
Alberto Sanabria
From: fernando lecaros
Date: Tue Nov 23, 2004
5:11 pm
Subject: cuestión de
ahorro
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Yo complementaría los argumentos de Andrés Hoyos con mi sorpresa de
encontrar en este foro argumentos como "yo no pago impuestos
porque se los roban", "yo compro contrabando porque los
aranceles se los roban", "yo pirateo software porque Bill Gates ya tiene
mucha plata". Esto se extiende -y a muchos nos ha pasado- a
"yo no le pago la deuda porque Ud.
no necesita esa plata", y "tampoco pago las cuotas de administración
del edificio porque no veo que se esté gastando bien", etc. La
consecuencia es que una
transacción comercial en nuestro país requiere abogado, escritura,
fiadores, garantía hipotecaria, referencias
bancarias/comerciales/personales para que quede a prueba de bala; y
los perjudicados son aquellos que no tienen recursos (muchos de los
cuales son los más honestos a la hora de la verdad) y no pueden
demostrar todo que se les exige.
Yo no sé si esto va a cambiar o no, pero comencemos por reconocer que
si no pagamos impuestos, si compramos contrabando y si pirateamos
software es para ahorrarnos una platica y no para 'castigar' a Adidas/Levi's por sus
prácticas laborales.
Fernando Lecaros
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From: raimond chaves
Date: Wed Nov 24, 2004 4:40 pm
Subject: encrucijada en el espacio
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Apreciados Abril,
Hoyos, Batelli y demás participantes:
Por alusiones me corresponde responderles de la manera más amable a
algunas de sus argumentaciones.
Ante todo recordar que mi comunicación anterior se basaba en los
siguientes puntos. El primero la contestación de lo que entendí
como desdén hacia los vendedores ambulantes y una manera de
entender lo público asociada a esa actitud. El segundo, y menos desarrollado,
la necesidad de pensar el espacio público como algo no aislado del
entramado al que está ligado. En las postales no aparecen
ambulantes y algunos comentarios de este foro parecen anhelar un
espacio público de postal. El tercero era mi sorpresa al leer de la
defensa de la piratería
como una pose de moda. Por el camino me referí a la actitud de
esconder la cabeza de bajo del ala que reflejan encuestas recientes
y le añadí una referencia –una ligereza, lo admito- respecto a
Lucho y a la encrucijada en la que se encuentra. Y más nada.
Con el paso de los días y el goteo de comunicaciones me fui dando
cuenta que muchos leen lo que quieren leer y pasé por mamerto, defensor de la piratería, neoliberal,
anarquista de salón y maleducado. Buen prontuario
para empezar.
Sigo ahora desarrollando los puntos más arriba expuestos y enlazo
con la comunicación de Abril.
En primer lugar reconocer que tal vez usted lleve parte de razón
cuando me atribuye argumentos incendiarios. Quizás me solivianté
demasiado al leer en este foro un tipo de comentarios que no tienen
en cuenta a la
gente que no es como uno, los ubicuos y nunca bien ponderados
‘otros’. Juicios de valor bien extendidos, no solo en estos lares, y que justifican desde el accionar de
una barra brava hasta las campañas de “limpieza social”. Pero en
ese sentido me queda la duda de que si no nombramos a las cosas por
lo que son, de pronto no nos toque otra que convertirnos en
espectadores cuando no en víctimas de incendios ya existentes Y a
la polémica sobre el lento pero inexorable cambio de régimen que se
viene dando en grandes zonas del territorio me remito. No creo que
ese planteamiento me haga más populista de lo que erróneamente le
sugiere mi apellido. Si en vez de entender que me refería a
argumentos y lógicas fascistas, alguien se lo tomó por lo personal,
disculpas.
En cuanto al estado del debate me alegro que los diversos aportes van dejando de focalizar el ‘problema’ en los
vendedores ambulantes y se habla desde la encrucijada en la que se
encuentran el espacio público, la economía, la piratería, las
interrogaciones sobre el papel del estado y nuestro rol como
ciudadanos. Al hilo de todo lo comentado hasta el momento
destacaría lo siguiente:
Me parece que tanto el espacio público que anhelamos como el estado
que desearíamos no sólo no va camino de profundizarse ni de
ampliarse sino que vamos camino de perder lo logrado hasta ahora. Y
no me alegro por
eso de ninguna manera. Los perdemos más por la deriva
socioeconómica en la que nos tienen metidos que por lo que pueda
estar haciendo o deshaciendo Garzón en el caso de Bogotá. Los
perdemos porque un estado de cosas basado en la inseguridad, la
potenciación del miedo y el ahondamiento de las injusticias nos
conduce a ello. Los perdemos porque nuestro modo de vida
–encerrados en conjuntos residenciales, contratando seguridad
privada, acudiendo a malls, etc ayuda a ello. Los perdemos porque como
vecinos optamos por cerrar las calles. Los perdemos porque en
nuestra vida cotidiana hacemos poco o nada para tender puentes para
con los otros. Los perdemos porque nuestro desempeño político como
ciudadanos se limita la mayor de las veces –y así- al voto cada
cuatro años. Los perdemos y no por ser más o menos consumidores de
productos piratas, ni por pagar más o menos impuestos –aunque esto
último ayude-. Lo perdemos porque se privatiza la sanidad y se
pierden las conquistas sociolaborales de nuestros padres y abuelos.
Lo perdemos en definitiva porque quien puede incidir en los
lineamientos de la economía y la política –Banco Mundial, FMI,
gobiernos, corporaciones etc. está apostando por la liquidación de
lo público.
Y si, claro, hay matices, excepciones y medio defensores de lo
público. Hay un nivel mínimo de ‘estatidad’
–si puede emplearse el término- que todavía es necesario y conviene
no desmontar pues falacias como patria,
nación y algunas concepciones de lo identitario
todavía lo necesitan. Pero al final el camino está bien trazado. Y
repito para nada me alegro de ello.
En este punto me parece un poco absurda la polémica entre algunos
de los participantes en el foro pues no veo como el debate pueda
pasar de una discusión entre ilustrados de salón –algunos más
ilustrados que otros,
otros más desdeñosos que otros- a otro nivel. Y lo de ilustrados lo
digo sin ningún tipo de ironía y me incluyo en el combo.
¿Qué hacer para reinyectar de público los espacios, instancias y
actitudes ciudadanas, no ya desde la consigna institucional sino
desde el día a día? ¿Qué acciones políticas son posibles para que
la izquierda deje de gestionar a nivel local intereses tardocapitalistas –y pienso no solo en Garzón
sino en Lula y Kirchner p.ej.? ¿Qué hacer para darle el quiebre –o
parar- a la ola de puritanismo fundamentalista, de privatización de
la guerra y la seguridad, y liquidación de la sanidad y la
educación públicas que se nos viene encima tras las elecciones en
EE.UU? ¿ Y a
nivel interno como enfrentar la ola de paraprivatizaciones
que ya nos está revolcando, algo mucho más grave que el Condominio Caguán de hace unas temporadas? ¿Qué podemos
lograr a través de foros como éste? ¿Qué espacios –publicos- de confluencia, encuentro e
incidencia tenemos más allá de nuestras comunicaciones
electrónicas? ¿Para cuando una Ciclovía
de la política ciudadana? O una minga urbana por alguna razón
loable… -y no confundir con arborizartes
ni caravanas por la paz ni engendros por el estilo.- Eso es lo
acuciante y no creo que en la historia de Alemania o de Japón estén
la mayor parte de las claves necesarias para resolver lo que nos
preocupa.
En cuanto al asunto de la piratería y de los impuestos me parece
que pocos podrán estar libres de pecado como para tirar la primera
piedra. Pero más allá de la visión moralista pienso que la
piratería no es el problema sino una consecuencia de la filibusterización de la economía. No pienso que
soy un suertudo por poder hacerme con
algo a mitad de precio, ni un pilo por crackear
un software o un bacán por dejar de pagar tal o cual impuesto.
Cosas todas que hago de vez en cuando. En cambio si que recuerdo
los “sueldos” que he cobrado dictando clases en elitistas
universidades bogotanas, los trabajos extras que tengo que hacer
para completar lo que consigo como artista y el esplendido saldo 0
en ahorros que vengo acumulando para cuando me pensione.
Unas notas breves antes de dejarlos:
1-¿Están tan alejados Batelli de Hoyos
como para que este último le ataque tan frontalmente? ¿No se ajusta
la descripción de Batelli a lo que uno
puede ver en las calles, escuchar de los maestros y leer entre
líneas en los periódicos? ¿Hay una actitud neoanarquista de
derechas en sus palabras? ¿No es el anhelo de Hoyos por un estado
más eficiente y una ciudadanía más responsable un complemento de la
descripción de Batellí? ¿A qué juega
Hoyos?
2-Algunos argumentos que sostienen algunas de las defensas del
espacio público son bien parecidos a lo que manejan muchos artistas
y trabajadores de la cultura respecto al TLC. La bendita
excepcionalidad cultural que bien puede ponerse al lado de la
excepcionalidad espacial propuesta por algunos. (“Que me devuelvan
mi 7ª pero poco me importa lo que esté pasando con los pelados de Cazucá”)
3-Puede que se me acabe tildando de populista otra vez pero ¿qué
pasa si no se firma el TLC? –ver
entrevista al final del mensaje- ¿qué pasa si se señala a los verdaderos
enemigos del espacio público. ¿Nos contentaremos con criticar a
Garzón o nos vamos de frente contra Telefónica, Comcel
y Marlboro? ¿No son estas y otras
corporaciones las que además de hacernos marcar el paso compran
presidentes –Alcatel/Costa Rica-,
encargan trabajitos –Coca-Cola y los sindicalistas-, y se
benefician de la piratería como el que más –JReynolds
y el tabaco de contrabando? ¿Y si nos vamos contra ellas... cómo?
Bueno, lo dejo acá que me recaliento. Añado un par de cosas más
–opiniones y experiencias ajenas para seguir abriendo el debate-.
La referencia al trabajo de unos artistas madrileños la aporto a
nivel informativo, no acabo de entender su asunto al 100% así que
no se me malinterprete.
Salud a todos
Fue un placer.
Raimond Chaves
Entrevista a Rodrigo Carazo, ex
presidente de Costa Rica y unos de los impulsores de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.
Diario La
República, Lima 21 de noviembre de 2004
"Un TLC es una amenaza y nos oponemos a él"
-Usted tiene una posición crítica respecto de los procesos de
integración regional que tienen como prioridad el mercado o el
comercio. ¿Cuál es la integración a que debemos aspirar?
-Una integración en la cual los pueblos tengan opción y no queden
sujetos al interés de la gran empresa que los sustituye. Por
ejemplo, un pueblo que ha producido sus artículos alimenticios no
tiene por qué posponerlos y olvidarlos en razón de que otro quiere
tomar el mercado local, que eso es lo que significa el intercambio
comercial del TLC que ha firmado mi país. Sin embargo hay un
detalle muy importante; en Costa Rica creemos que el TLC no es solo
el intercambio comercial de algunas
cosas. En el caso de Costa Rica tiene 20 capítulos que tíenen que ver con la educación, la salud, la
institucionalidad... el TLC es la toma institucionalizada de un
país, y es por eso que nos oponemos.
-El Perú también aspira a tener un TLC con Estados Unidos y usted
señala que este acuerdo es una amenaza para la región...
-Es más que una amenaza, es la concreción de una política. Cómo se
puede creer en un tratado cuyo borrador no tiene versiones en
español. j Yo he pedido mil veces una
versión del borrador en español y no me lo proporcionan! Hay mucha
gente organizada para que todo eso ocurra.
¿Quiénes?
-Los inversionistas, las grandes empresas, los políticos que creen
que pueden superar los problemas propios con inspiración, la
corrupción.
Y UN PAR DE WEBS PARA ACABAR
http://www.whatshouldiputonthefence.com/
http://www.spacehijackers.co.uk/html/projects/circle2/party.html
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From:
fernando lecaros
Date: Sat Nov 27, 2004
11:11 am
Subject: las cuentas de
pablo
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Las cuentas de Pablo en materia de impuestos para un trabajador
independiente sí que están pifiadas:
a- con ingresos netos de unos 18 millones anuales el impuesto de
renta es cero y la retención se la devuelven;
b- el cobro por pensión
no es un impuesto, sino una obligación patronal; un independiente no
tiene obligación legal de estar afiliado a un fondo de pensiones;
c- la EPS tampoco es un
impuesto en un sentido estricto (tan es así que el
dinero no le entra a la
DIAN), sino un servicio de suscripción obligatoria
que le aporta beneficios de salud al usuario; tiene un elemento de
impuesto
en la medida que los ingresos altos están subsidiando a los ingresos
bajos,
pero esto no aplicaría al independiente concebido por Pablo...
Total, los impuestos en Colombia para un independiente con un nivel
de
ingresos modesto, son bastante más bajos.
Fernando Lecaros
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